martes. 19.03.2024

A medida que el número de días en un reloj gigante fuera de una estación de Tokio disminuía, acercándose a la fecha de inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, había una palpable sensación de emoción en toda la ciudad. 

Un impresionante nuevo estadio nacional estaba tomando forma en el mismo lugar donde se llevaron a cabo los Juegos de 1964. El deteriorado distrito de Toyosu, en el paseo marítimo de la ciudad, se estaba transformando en la villa de los atletas. Las instalaciones de última generación para deportes como tiro con arco, canotaje, natación, tenis y equitación estaban progresando visiblemente. También estaban tomando forma nuevos hoteles, infraestructura de transporte y otras instalaciones necesarias para satisfacer las necesidades de cientos de miles de visitantes que iban a inundar la ciudad para vivir el mayor espectáculo deportivo del mundo.

Inevitablemente, hubo preocupaciones en algunos sectores, sobre los posibles sobrecostos, los fondos utilizados en proyectos de construcción y, en particular, el efecto del calor y la humedad del verano en espectadores y atletas por igual. Sin embargo, esos temores fueron en gran parte ignorados por el entusiasmo de los Juegos.

Los informes confusos en las primeras semanas de 2020 sobre una misteriosa enfermedad que surgió en la ciudad china de Wuhan no hicieron que disminuyera entusiasmo por los Juegos Olímpicos, cuyo inicio estaba previsto para el 24 de julio, y los Juegos Paralímpicos, programados para el 25 de agosto.

El viernes había sido declarado fiesta nacional para celebrar la inauguración de los Juegos Olímpicos Tokio 2020. Ahora, el estado de ánimo es distinto.

Entusiasmo perdido

Con la pandemia provocada por el COVID-19 en todo el mundo, el Comité Olímpico Internacional (COI) y el Comité Organizador de Tokio anunciaron el 24 de marzo que los Juegos se aplazarían hasta, al menos, 2021. En las semanas y meses transcurridos desde entonces, las tasas de infección y mortalidad han seguido aumentando, y, según los expertos, es imposible establecer un plazo para el desarrollo de una vacuna.

Entre los japoneses, la emoción, el optimismo y la sensación de ser el centro del mundo durante las próximas dos semanas se han evaporado por completo. Ahora, la gran mayoría de la gente allí no quiere que los Juegos se realicen el próximo verano. Es, dicen, simplemente demasiado peligroso.

"Creo que mucha gente estaba muy emocionada cuando Tokio ganó el derecho de ser sede de las Olimpiadas en 2013", comenta a DW Kanako Hosomura, una residente del norte de Tokio.

"Negocios como bares, restaurantes y hoteles creyeron que estarían muy ocupados con visitantes extranjeros y creo que muchos japoneses vieron esto como una buena oportunidad para mostrar la cultura del país, la historia, el arte o la cocina. Pero el coronavirus ha cambiado todo", dice Hosomura.

Cambio en la percepción pública

Y la mayoría de los japoneses son de la misma opinión. Una encuesta realizada esta semana por el medio Kyodo News mostró que solo el 23.9 % del público cree que los Juegos deberían realizarse el próximo año. Un 36% quiere que el evento se retrase un año más, mientras que casi el 34% dice que este debería descartarse por completo.

Los organizadores están poniendo la mejor cara para enfrentar la situación y en público insisten en que se comprometen a que el evento siga adelante según lo programado para el año próximo. Este viernes, a las ocho de la noche (hora local), se lanzará un mensaje de video en el Estadio Olímpico para comunicar el mensaje "Más fuertes juntos", precisamente 365 días antes de la apertura de los Juegos reprogramados. 

Japan Tokio | Yuriko Koike: Gouverneurin von Tokio (picture-alliance/AP Images/T. Suzuki)La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, cree que los Juegos Olímpicos de Tokio pueden ser 'un símbolo'.

Yuriko Koike, la gobernadora de Tokio, enfatizó en repetidas ocasiones la importancia de que los Juegos se desarrollen en 2021. Ella señaló, en una entrevista con el medio CNBC esta semana, que Tokio 2020 "puede convertirse en un símbolo de cómo el mundo se ha unido para superar las dificultades y cómo la humanidad ha fortalecido sus lazos".

El comité organizador local se mostró igualmente optimista sobre el hecho de reorganizar los Juegos e insistieron en que seguirán adelante. Sin embargo, Yoshiro Mori, jefe de la organización y exprimer ministro japonés, pareció admitir el miércoles que el evento está en riesgo.

Cuando la emisora nacional NHK le preguntó si las Olimpiadas definitivamente se celebrarán, incluso si hay pocos cambios en la pandemia mundial del coronavirus, respondió: "Si la situación continúa como en la actualidad, no podríamos (celebrar los Juegos)".

Olimpiadas de Tokio: el entusiasmo de los japoneses va desapareciendo