jueves. 28.03.2024

Cuando pienso en los Juegos de Londres sonrío y me pellizco, porque estuve allí y cumplí un sueño. Recuerdo un mes de madrugones (5-6 de la mañana) y jornadas maratonianas (hasta las diez de la noche), en el que solo "desconectaba" a la hora de cenar, siempre cerca del hotel.

MS

Para ir al Parque Olímpico era necesario coger metro, un tren de alta velocidad y un autobús -dentro del complejo- y superar un control de seguridad que con suerte no te llevaba más de 15 minutos. Las televisiones con derechos estábamos en una especie de IFEMA enorme, y TVE era de las pequeñas al lado de las norteamericanas, que parecían centros comerciales. Periodistas de todos los continentes compartiendo un evento así es algo especial y único.

Recuerdo la emoción de las primeras medallas, la adrenalina del directo, la complicación de comentar deportes minoritarios, desconocidos para el público en general... ¡Qué reto tan apasionante!. No olvidaré tampoco el desfile de deportistas en los improvisados platós, por los pasillos y las riadas de gente alrededor del estadio y las instalaciones.

Era una fiesta, una gran fiesta del deporte. Un sueño para los atletas y los periodistas que podemos decir: sí, yo estuve allí y vi a Bolt ganar la final de los 100 m o a Gómez Noya batirse en Hyde Park, o disfrutar de la mejor Mireia Belmonte y vibrar con la ÑBA en otra final épica con Estados Unidos.

En Londres viví los Juegos como visitante y sentí envidia sana. Ojalá algún día pueda contar unos Juegos que organice mi país.

Marta Solano conduce, junto a Carlos G. Hirschfeld, el programa Seguridad vital.

Londres desde el plató