jueves. 28.03.2024

Uriel Cuitiño es un niño de once años que juega de portero en el Colonia Caroya, club de la ciudad del mismo nombre ubicada a 45 kilómetros de la ciudad de Córdoba (Argentina), en el departamento de Colón. Hace unos días el equipo se proclamó campeón de un torneo infantil. Pero lo más importante no fue el título logrado, sino el gesto que el chico tuvo con uno de sus compañeros.

El chaval es un pilar del equipo. Su concurso como arquero había sido esencial en toda la temporada. Sin embargo, faltando algunos minutos para comenzar el partido clave, fingió una lesión. ¿El motivo? Quería que Joaquín Macciosu compañero guardameta y habitualmente suplente, pudiese jugar la final. “Sentí un tirón en la parte de atrás de la pierna. No voy a poder jugar el partido, creo que estoy desgarrado”, dijo Uriel a su entrenador Mario Vicente, que alineó a Maccio. “Yo en verdad no estaba lesionado. Pero como Joaquín no había atajado en la otra final y jugó poco en el torneo, yo quería que él pudiera jugarla. Por eso le dije al profe que estaba mal, pero en realidad estaba bien”, explicó el chico.

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(Foto: La Voz)

El padre de Cuitiño se mostró sorprendido al ver que su hijo no saltaba a la cancha. No entendía nada. Después, el niño le explicó con un gesto que estaba bien. “Él lo quiere mucho a su compañerito. Ellos al ser arqueros se entrenaban juntos. Por eso tomó esa decisión, eso dice mucho de él”, dijo el progenitor.

"Yo ya había jugado toda la final anterior. Y con Joaquín somos compañeros en el equipo, pero no amigos de vernos todos los días porque él vive en Colonia Tirolesa", explicó, al mismo tiempo que reveló que no confesó la verdad a su compañero cara a cara.

Con Maccio bajo palos, Colonia Caroya derrotó a Espirítu Santo en la final (1-0) y se proclamó campeón. Uriel Cuitiño lo celebró con sus compañeros, pero el gesto de dejar su sitio al compañero en el partido más importante de la temporada, valió muchísimo más.

En las redes sociales ya se ha pedido que se le nomine como “cordobés del año”. 

El gesto ejemplar de un niño que no haría un futbolista profesional